Para mi vecina Rosario

Que no te puedo olvidar
me acuerdo de noche y día                             
¿como te fuistes apagando?
con el genio que tenías
las lagrimas de tus ojos
con mis labios las sequé
el día que fuí a verte
y tu cara la besé,
y cuando yo te miraba
mi corazón comprendio
que te quedaban pocos dias
para decirnos adios,
y yo preguntaba por ti
a ver como seguías
y siempre me contestaban
que tú estabas dormía
heras como una flor marchita
que el viento se va llevando
con aquella enfermedad
que venias soportando,
y el 11 de Octubre
dejastes de sufrir
la Virgen del Pilar
del cielo vajo por tí
toda la calle te lloraba
toda la calle te sintió
¡la alegria de la calle
la virgen se la llevo!
la virgen reía
y yo le lloraba
de vera mis hijos
que llorando los dejaba
¡madre mia de mi alma!
¡madre mia de mi corazon!
mi hijo vino de Palma
a darme el ultimo adios
mi cara me la besabas
y que mala me sentía
que me llamabas
y hablarte yo no podía,
la virgen me dijo:
¿como le vas hablar?
¿como le vas a reir?
te faltaban horas
para yo bajar por tí
ya no sufres tú
ni tampoco los demas,
estas en el cielo
con gloria y paz
y con flores bonitas
que te han de gustar
y mi lucero que alumbraba
en silencio me decía:
por fuera morena
por dentro alegría,
con que claridad 
las cosas decías,
y las campanas te tocaron
con sentimiento y pena
enterraban a Rosario
una vecina tan buena
me parece que es mentira
que en tu casa tu estas
que te vas a somar a la puerta
y a mi me vas a llamar
con que alegría me escuchabas
en tu cara lo veía
por eso con todo mi corazon
para ti esta poesía
mis ojos a tí te lloraban
con sentimiento y pena
y te dije adios Rosario
una vecina tan buena
en un día tan señalado
la virgen a tí te llevó
y la calle te lloraba 
dandote el último adios

Juana Cañas Garcia